¿Por qué se lesionan tanto los futbolistas?

¿Por qué se lesionan tanto los futbolistas?

27 Enero 2022

¿Qué está pasando y de quién es la responsabilidad?

Vamos a coger de ejemplo el fútbol, deporte de masas en gran parte del mundo, para reflexionar por qué se producen tantas lesiones.

Pero antes de empezar, nos gustaría dejar claro que este artículo es un análisis desde una visión externa, asumiendo que harán falta de datos e información más específica que nos podría permitir hacer un análisis más preciso y reflexión más profunda.

Analicemos las lesiones que han surgido esta temporada en los jugadores de un equipo puntero español de primera división. De esta forma, podremos ser más específicos en nuestro análisis y basarnos en una situación real.

El equipo que examinaremos, y desde el cual va a empezar nuestra reflexión, es el F.C. Barcelona (primer equipo masculino).
 
Sin entrar en resfriados comunes, gripes y coronavirus, enfermedades que no tienen nada que ver con el trabajo, los entrenamientos y los partidos, pocos jugadores se han librado de los percances musculares u óseos esta temporada.
 
El Barça, a los dos meses de empezar la temporada ya había sufrido 20 lesiones (3 de ellas se arrastraban de la temporada anterior), de las cuales mínimo 14 fueron por cuestiones musculares, con 10 jugadores afectados.
 
A día de hoy, ya van 22 jugadores que han sufrido lesiones de todo tipo y sólo un jugador de los que empezó la temporada se ha librado: Sergio Busquets. 
 
Una vez tenemos los datos en la mano - basados en comunicados oficiales del club-  tenemos que intentar buscar las causas para reducir ese número de percances dentro de lo posible. Y, para ser justos, dentro del número total de las lesiones, debemos diferenciar los traumatismos y percances fortuitos de las lesiones musculares. Estas últimas, en cierta medida, son más “evitables”, entendiendo que la propia práctica de cualquier deporte lleva implícita una alta probabilidad de lastimarse.
 

Entonces, ¿quiénes son los principales responsables: jugadores, entrenadores/preparadores o staff médico?

Es probable que todos tengan su cuota de responsabilidad y que nadie asuma enteramente la culpa de lo que está sucediendo. Pero nosotros, como entrenadores o preparadores físicos, debemos analizar lo que está sucediendo y cómo podemos contribuir a mejorar la situación, tanto en este club como en el resto de equipos y deportes.
 
Lo que no sirve es achacar todas las culpas a los jugadores, los cuales tienen indudablemente su parte de responsabilidad. Pero, ni de broma, son los únicos.
 
Vayamos a los puntos clave:
 
  • Entrenar la fuerza de forma adecuada. 
Dando por supuesto que se entrena la fuerza a estos niveles, tendremos que detenernos en el “cómo se hace” para encontrar respuestas. Seguro que tú, como profesional, tienes claro que se debe entrenar en unas condiciones determinadas para prevenir lesiones y aumentar el rendimiento, ¿no?
 
Realmente, no es justo valorar un tipo de entrenamiento en función de algunas imágenes, pero por lo que solemos ver y percibir en el deporte de élite, a través de clientes, alumnos o compañeros, que se encuentran en ese sector, además de nuestra propia experiencia, parece que las lesiones que se producen es por no tener el enfoque adecuado.
 
Entrenar la fuerza de los grupos musculares que nos interesan con inestabilidad tiene muy poco sentido porque no nos permite focalizar el estímulo en el músculo que nos interesa de manera segura.
 
A más articulaciones involucradas, menos estabilidad y más estímulos con los que negociar. Eso genera una peor efectividad -recuerda que hablamos de entrenamiento de fuerza, no técnico-, junto a un contexto de poca seguridad a la hora de ganar fuerza y mejorar la función muscular.
 
Da igual que sean futbolistas, tenistas o nadadores. Las diferencias sólo deberían radicar en los gestos técnicos y los músculos implicados en éstos, pero no en la forma cómo se entrena la fuerza. Evidentemente, el entrenamiento técnico y táctico será distinto.
 
Cuando se intenta entrenar la fuerza con gestos que se parecen al deporte en cuestión, se pierde eficacia en el estímulo muscular y se incrementa el potencial riesgo de lesión.
 
Se debería entrenar la fuerza teniendo en cuenta las articulaciones implicadas y la técnica empleada, con ejercicios sencillos que tuvieran cómo objetivo el estímulo, en vez de tener como meta la propia ejecución.
 
No se debería entrenar imitando gestos porque no es efectivo para el gesto técnico y completamente ineficiente, además de poco seguro, para el entrenamiento de fuerza.
 
Para profundizar en estos temas, tenemos otros posts que lo explican, como éste, éste o éste.
 
  • Evitar sobreentrenamiento
Saber dosificar las cargas de entrenamiento es clave en el deporte. Es algo tan complicado, debido a la cantidad de compromisos competitivos que hay a lo largo de una temporada, que se convierte en un arte ser capaz de gestionarlo de forma adecuada.
 
Como es una cuestión tan sensible, es importante que seamos eficientes entrenando. Hacer ejercicios por hacer o por que “algo se consigue” es una muy mala inversión de tiempo y esfuerzo en estas esferas. Ten claro lo que quieres entrenar, busca un estímulo eficiente y no añadas “ejercicios paja”.
 
No perdamos el tiempo entrenando ejercicios de “propiocepción” (si entrenas bien la fuerza, la propiocepción está servida), equilibrio, estabilidad, etc. Eso se entrena practicando el propio deporte en situaciones reales de juego.
 
  • Alimentación y hábitos de vida saludables
Parece que estos dos términos juntos sólo son importantes en el ámbito de la salud, para personas de a pie que quieren mejorar su estética o encontrarse mejor. Nada más lejos de la realidad. Los deportistas, en este caso los futbolistas, en primer lugar son personas y deben asegurarse de que su estilo de vida les permite tener una salud óptima, la cual les llevará a evitaar lesiones y a mejoraar su rendimiento.

Si no se nutren correctamente y no respetan una correcta recuperación, es probable que se paguen las consecuencias. Pero esto no es algo que se va de un día para otro o después de hacerlo mal durante dos semanas, no. Las consecuencias suelen aparecer después de un tiempo de no hacer las cosas bien.

Por lo tanto, el papel del nutricionista tiene es fundamental, junto con una buena mentalización del deportista para llevar a cabo el plan de vida adecuado.
  
  • Coordinación y trabajo multidisciplinar en la misma línea
No todos los profesionales dominan todas las áreas que conforman el acondicionamiento físico y la prevención de lesiones, pero debe quedar claro qué parcela trata cada uno y cómo lo hace. Lo que trata el médico, el fisioterapeuta y el preparador físico debe quedar delimitado. Por otra parte, es necesario acordar el cómo se lleva a cabo cada entrenamiento/tratamiento. Si hay discrepancias, cualquier protocolo perderá eficacia.
 

Hay muchos más puntos, y sabemos que el origen de todas las lesiones es multifactorial, pero desde nuestro punto de vista lo comentado tiene mucha incidencia y puede llegar a generar un gran potencial riesgo de lesión. Sin contar, evidentemente, con la predisposición/disciplina del deportista, que eso daría para otro artículo desde el punto de vista psicodeportivo.
 
Pero no te asustes, es más sencillo de lo que parece. Fácil no, pero sencillo sí.
 
Simplemente se trata de hacer a los deportistas más fuertes y más capaces de tolerar fuerzas, para que éstas no excedan lo que sus tejidos y estructuras son capaces de soportar. Además, tratar de incrementar su capacidad de ejercer fuerza en distintos puntos del rango articular, en distintos momentos y con distintas aceleraciones (incluso sin movimiento), lo cual lo da el entrenamiento específico del gesto técnico sumado a la fuerza conseguida en el entrenamiento muscular específico, realizado paralelamente.
 
Ya, pero…
 

Teniendo a los mejores preparadores físicos, fisioterapeutas y doctores, ¿cómo se lesionan tanto?”.


Esa es la pregunta típica con la que se suelen dirigir muchas personas a nosotros, buscando respuestas a algo que parece ilógico visto desde fuera.

Lo que nosotros solemos responder es justo lo que tratamos de transmitir a nuestros alumnos:
 

A veces, es necesario abrir la mente, hacer tambalear todo el conocimiento y las ideas adquiridas previamente, para llegar a cuestionarse que la manera de trabajar como profesional probablemente no sea la óptima o, al menos, que podría mejorar mucho.

 
Lo que sigue a este proceso es la pregunta:

“¿Cómo podría hacerlo mejor?”
 
Sin duda, con conocimiento y experiencia.

La mala noticia es que para adquirlos necesitas tiempo y esfuerzo diario. Lo bueno es que está al alcance de todos/as.
 
 

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